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Entonces Arjuma vio en ambos ejércitos padres, abuelos, hijos, nietos; padres de esposas, tíos, amos; hermanos compañeros y amigos. . . . Cuando Arjuna vio así a sus parientes cara a cara en ambas líneas de batalla, se sintió invadido por la pena y la desesperación y así habló con el corazón hundido.