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Cuanto más abstractamente correcta y, por tanto, poderosa sea esta idea, más imposible será su realización completa mientras siga dependiendo de los seres humanos... Si no fuera así, los fundadores de la religión no podrían contarse entre los hombres más grandes de esta tierra... En su funcionamiento, incluso la religión del amor no es más que el débil reflejo de la voluntad de su excelso fundador; su importancia, sin embargo, reside en la dirección que intentó dar al desarrollo humano universal de la cultura, la ética y la moral.