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Cada brizna de hierba es una brizna de gracia, una nota de gracia en la Canción única de Dios. La naturaleza no es ciega y muda. La naturaleza es elocuente. La ciencia humana es ciega y muda si no escucha esta elocuencia.
Cada brizna de hierba es una brizna de gracia, una nota de gracia en la Canción única de Dios. La naturaleza no es ciega y muda. La naturaleza es elocuente. La ciencia humana es ciega y muda si no escucha esta elocuencia.