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Millones y millones de años no me darían ni la mitad de tiempo para describir ese pequeño instante de toda la eternidad en el que tú me rodeaste con tus brazos y yo te rodeé con los míos.
Millones y millones de años no me darían ni la mitad de tiempo para describir ese pequeño instante de toda la eternidad en el que tú me rodeaste con tus brazos y yo te rodeé con los míos.