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No herir a nuestros humildes hermanos es nuestro primer deber para con ellos, pero detenernos ahí no es suficiente. Tenemos una misión más elevada: estar a su servicio siempre que lo requieran.
No herir a nuestros humildes hermanos es nuestro primer deber para con ellos, pero detenernos ahí no es suficiente. Tenemos una misión más elevada: estar a su servicio siempre que lo requieran.