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Tenemos la promesa de Dios de que lo que damos nos será devuelto muchas veces, así que salgamos de aquí y reavivemos el fuego de nuestra fe. Que nuestra sabiduría sea reivindicada por nuestros hechos. En II Timoteo se nos dice que cuando hayamos terminado nuestro trabajo, podremos decir: "Hemos peleado la buena batalla. Hemos terminado la carrera. Hemos guardado la fe''. Esta es una prueba de ello.