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ESTA ley de la naturaleza, siendo co-eval con la humanidad y dictada por Dios mismo, es por supuesto superior en obligación a cualquier otra. Es obligatoria en todo el globo, en todos los países y en todos los tiempos: ninguna ley humana tiene validez si es contraria a ella; y las que son válidas derivan toda su fuerza y toda su autoridad, mediata o inmediatamente, de este original.