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Tú, siendo tú mismo, ayudas a los demás a ser ellos mismos. Porque reconoces tu propia singularidad no necesitarás dominar a los demás, ni acobardarte ante ellos.
Tú, siendo tú mismo, ayudas a los demás a ser ellos mismos. Porque reconoces tu propia singularidad no necesitarás dominar a los demás, ni acobardarte ante ellos.