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Prosigamos, pues, nuestra marcha triunfal hacia la realización del sueño americano... para todos nosotros hoy, la batalla está en nuestras manos... El camino que tenemos por delante no es del todo llano. No hay autopistas anchas que nos lleven fácil e inevitablemente a soluciones rápidas... Aún nos queda una temporada de sufrimiento... ¿Cuánto tiempo? No mucho. Porque ninguna mentira puede ser eterna... nuestro Dios sigue adelante.