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  • Todos hemos conocido a buenos críticos que han acabado con las esperanzas de los poetas; a buenos estadistas que han arruinado al Estado; a buenos patriotas que, por una teoría, han arriesgado una causa; a buenos reyes que han destripado por un impuesto; a buenos Papas que han puesto en peligro todo lo bueno; a buenos cristianos que han permanecido sentados en sus sillones, y han condenado al mundo en general por levantarse. Ahora, ¡que el buen Dios perdone a todos los hombres buenos!