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  • Toda la fauna de las fantasías humanas, su vegetación marina, flota a la deriva y se deleita en las zonas poco iluminadas de la actividad humana, como si trenzara espesas trenzas de oscuridad. Aquí también aparecen los faros de la mente, con su semejanza externa a símbolos menos puros. La puerta del misterio se abre al contacto de la debilidad humana y entramos en el reino de las tinieblas. Un paso en falso, una sílaba mal pronunciada revelan los pensamientos de un hombre.