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No os habéis equivocado al suponer que mis opiniones y sentimientos son favorables a la abolición de la guerra. De mi disposición a mantener la paz hasta que su condición sea menos tolerable que la de la guerra misma, el mundo ha tenido pruebas, y quizás más de las que ha aprobado. Espero que sea factible, mejorando la mente y la moral de la sociedad, disminuir la disposición a la guerra; pero desespero de su abolición.