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Ordené que a cada hombre se le obsequiara con algo, como sartas de diez o una docena de cuentas de vidrio cada una, y correas de cuero, todo lo cual valoraron mucho; a los que subieron a bordo les ordené que fueran alimentados con melaza.
Ordené que a cada hombre se le obsequiara con algo, como sartas de diez o una docena de cuentas de vidrio cada una, y correas de cuero, todo lo cual valoraron mucho; a los que subieron a bordo les ordené que fueran alimentados con melaza.