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Mudarme a Los Ángeles fue un acto de fe. Estaba muy segura en mi mundo del teatro; me encantaba, y pensé: "Creo que hay algo más ahí fuera para mí y tengo que ir a por ello".
Mudarme a Los Ángeles fue un acto de fe. Estaba muy segura en mi mundo del teatro; me encantaba, y pensé: "Creo que hay algo más ahí fuera para mí y tengo que ir a por ello".