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Siempre me ha fascinado la diferencia entre los chistes que puedes contar a tus amigos pero no a un público. Hay que andar con pies de plomo porque no sabes quién está en el auditorio. Mucha gente se ofende con demasiada facilidad.
Siempre me ha fascinado la diferencia entre los chistes que puedes contar a tus amigos pero no a un público. Hay que andar con pies de plomo porque no sabes quién está en el auditorio. Mucha gente se ofende con demasiada facilidad.