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  • Todos pulsamos botones en las relaciones, en nuestro trato con la gente, sin pensar lo que realmente significa. Todos damos golpes sin preguntarnos en qué tipo de situación estamos. A menudo podemos estar en una muy buena, pero ni siquiera apreciamos las buenas situaciones. Somos perezosos. O tenemos miedo. O simplemente no nos damos cuenta.