Cuando iba al colegio, llegué el primer día y todo el mundo tenía el pelo largo, rubio y liso, y yo lo tenía corto, oscuro y rizado. Inmediatamente sentí que no encajaba y empecé a dejarme crecer el pelo. Pero he aprendido que solo soy feliz cuando soy realmente yo y me siento cómoda y segura de mí misma.