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Es estupendo que me reconozcan cuando busco mesa en un restaurante abarrotado, pero sigo sin darle el mejor uso. Soy como un bulto. No corto la fila. Es mi culpa católica. Tengo que acostumbrarme
Es estupendo que me reconozcan cuando busco mesa en un restaurante abarrotado, pero sigo sin darle el mejor uso. Soy como un bulto. No corto la fila. Es mi culpa católica. Tengo que acostumbrarme