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En el principio dijo Dios, la divergencia cuatridimensional de un tensor antisimétrico de segundo rango es igual a cero, y hubo luz, y fue bueno. Y en el séptimo día descansó.
En el principio dijo Dios, la divergencia cuatridimensional de un tensor antisimétrico de segundo rango es igual a cero, y hubo luz, y fue bueno. Y en el séptimo día descansó.