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La liberación animal es también liberación humana. Los defensores de la liberación animal se preocupan por la calidad de vida de todos. Reconocemos nuestro parentesco con todos los seres sensibles. Nos identificamos con los indefensos y los vulnerables, las víctimas, todos los dominados, oprimidos y explotados. Y son los animales no humanos cuyo sufrimiento es el más intenso, extendido, expandido, sistemático y socialmente sancionado de todos.