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  • No hay nada que estemos soportando que Jesús no entienda, y Él espera que vayamos a nuestro Padre Celestial en oración. Si somos obedientes y diligentes, nuestras oraciones serán contestadas, nuestros problemas disminuirán, nuestros temores se disiparán, la luz vendrá sobre nosotros, la oscuridad de la desesperación se dispersará, y estaremos cerca del Señor.