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Así que usa todo lo que se llama fortuna. La mayoría de los hombres juegan con ella, y lo ganan todo y lo pierden todo, mientras rueda su rueda... Una victoria política, un aumento de las rentas, la recuperación de tu enfermo o el regreso de tu amigo ausente, o algún otro acontecimiento favorable te levanta el ánimo, y piensas que se te preparan buenos días. No lo creas. Nada puede traerte la paz sino tú mismo. Nada puede traerte la paz sino el triunfo de los principios.