-
Apenas hay una pasión que los moralistas y los satíricos describan tan cordialmente como la AMBICIÓN; y, sin embargo, creo que la ambición no es un vicio sino en una mente viciosa: en una mente virtuosa es una virtud, y se encontrará que toma su color del carácter en el que se mezcla. La ambición es un deseo de superioridad; y un hombre puede llegar a ser superior, ya sea haciendo a otros menos o a sí mismo más grande.