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Nadie de verdadera cultura, por ejemplo, habla hoy en día de la belleza de la puesta de sol. Las puestas de sol están muy pasadas de moda. Admirarlas es un claro signo de provincianismo de temperamento. Por otro lado, continúan.
Nadie de verdadera cultura, por ejemplo, habla hoy en día de la belleza de la puesta de sol. Las puestas de sol están muy pasadas de moda. Admirarlas es un claro signo de provincianismo de temperamento. Por otro lado, continúan.