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Y si queremos abrir las oportunidades de empleo en este país a miembros de todas las razas y credos, entonces el Gobierno Federal debe dar ejemplo. El propio Presidente debe dar el ejemplo clave. No voy a prometer un puesto en el Gabinete ni ningún otro puesto a ninguna raza o grupo étnico. Eso es racismo al revés en su peor expresión. Así que no prometo tener en cuenta la raza o la religión en mis nombramientos si tengo éxito. Sólo prometo que no los tendré en cuenta.