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  • Confía en tu propia fuerza de cuerpo y alma. Toma por estrella la confianza en ti mismo, la fe, la honradez y la laboriosidad. No acepte demasiados consejos: manténgase al timón y dirija su propio barco, y recuerde que el gran arte de mandar consiste en asumir una parte justa del trabajo. Dispara por encima de la marca que pretendes alcanzar. La energía, la determinación invencible con el motivo adecuado, son las palancas que mueven el mundo.