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Tenemos la promesa de que Dios es nuestro Dios, y de la bendición por Cristo para nosotros mismos, ya que somos la simiente de Abraham, pero tomamos toda la promesa colectivamente hecha a él y a nosotros.
Tenemos la promesa de que Dios es nuestro Dios, y de la bendición por Cristo para nosotros mismos, ya que somos la simiente de Abraham, pero tomamos toda la promesa colectivamente hecha a él y a nosotros.