-
Quien, en la edad madura, intenta realizar los deseos y esperanzas de su primera juventud, invariablemente se engaña a sí mismo. Cada diez años de la vida de un hombre tiene su propia fortuna, sus propias esperanzas, sus propios deseos.
Quien, en la edad madura, intenta realizar los deseos y esperanzas de su primera juventud, invariablemente se engaña a sí mismo. Cada diez años de la vida de un hombre tiene su propia fortuna, sus propias esperanzas, sus propios deseos.