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Gente de Filipinas: He regresado. Por la gracia de Dios Todopoderoso, nuestras fuerzas pisan de nuevo suelo filipino, suelo consagrado con la sangre de nuestros dos pueblos. Hemos venido dedicados y comprometidos a la tarea de destruir todo vestigio de control enemigo sobre vuestras vidas cotidianas, y de restaurar sobre una base de fuerza indestructible, las libertades de vuestro pueblo.