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La riqueza debe venir como maná del cielo, sin merecerla ni pedirla. El dinero debería ser como la gracia: un regalo. No vale la pena sudar ni maquinar para conseguirlo.
La riqueza debe venir como maná del cielo, sin merecerla ni pedirla. El dinero debería ser como la gracia: un regalo. No vale la pena sudar ni maquinar para conseguirlo.