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Los vientos que nunca la moderación conocieron,
Temerosos de soplar demasiado, soplaban demasiado débilmente;
O sin aliento por la alegría, no podían ampliar
Sus pulmones enderezados o conscientes de su carga.
Los vientos que nunca la moderación conocieron,
Temerosos de soplar demasiado, soplaban demasiado débilmente;
O sin aliento por la alegría, no podían ampliar
Sus pulmones enderezados o conscientes de su carga.