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Cuando alguien te escucha de verdad sin juzgarte, sin intentar responsabilizarse de ti, sin intentar moldearte, te sientes condenadamente bien. . . . Cuando me han escuchado y cuando me han escuchado, soy capaz de volver a percibir mi mundo de una manera nueva y de seguir adelante. Es asombroso cómo elementos que parecen insolubles se vuelven solubles cuando alguien escucha. Cómo confusiones que parecen irremediables se convierten en corrientes relativamente claras cuando uno es escuchado.