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La virtud, querido amigo, no necesita defensa,
El guardián más seguro es la inocencia:
Nadie lo sabía, hasta que la culpa creó el miedo,
qué dardos o flechas envenenadas eran
La virtud, querido amigo, no necesita defensa,
El guardián más seguro es la inocencia:
Nadie lo sabía, hasta que la culpa creó el miedo,
qué dardos o flechas envenenadas eran