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Mi corazón era una morada suficientemente grande para muchos huéspedes, pero solitaria y fría, y sin un fuego doméstico. Ansiaba encender uno. No parecía un sueño tan descabellado.
Mi corazón era una morada suficientemente grande para muchos huéspedes, pero solitaria y fría, y sin un fuego doméstico. Ansiaba encender uno. No parecía un sueño tan descabellado.