-
Nunca habría podido diezmar el primer millón de dólares que gané si no hubiera diezmado mi primer sueldo, que era de 1,50 dólares a la semana.
Nunca habría podido diezmar el primer millón de dólares que gané si no hubiera diezmado mi primer sueldo, que era de 1,50 dólares a la semana.