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Durante 12 largos años viví dentro de los estrechos confines del 'mundo de la camisa de fuerza' creado por mi firme creencia de que Elijah Muhammad era un mensajero directo de Dios mismo, y mi fe en lo que ahora veo que es una filosofía pseudo-religiosa que él predica.... Nunca descansaré hasta que haya deshecho el daño que hice a tantos negros inocentes y bienintencionados que por mi propio celo evangelizador ahora creen en él aún más fanáticamente y más ciegamente de lo que yo creía.