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  • Una cosa es que el pecado sea alarmado sólo por las convicciones, y otra que sea crucificado por la gracia que convierte. Muchos, porque han sido turbados en conciencia por sus pecados, piensan bien de su caso, confundiendo miserablemente la convicción con la conversión.

    Joseph Alleine (1824). "Una Alarma a los Pecadores Inconversos", p.97