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No está en nuestras manos impedir el asesinato de trabajadores... y familias... pero sí está en nuestras manos fijar un alto precio por nuestra sangre, tan alto que la comunidad árabe y las fuerzas militares árabes no estarán dispuestas a pagarlo.
No está en nuestras manos impedir el asesinato de trabajadores... y familias... pero sí está en nuestras manos fijar un alto precio por nuestra sangre, tan alto que la comunidad árabe y las fuerzas militares árabes no estarán dispuestas a pagarlo.