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Puede que las pinturas no tengan el poder de convertir a la gente que tiene la palabra impresa o hablada, pero cada hombre tiene su papel que desempeñar en el drama humano y divino - algunas personas sólo unas pocas líneas, otras páginas enteras. Negarse a representar su papel no es la solución. Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad.