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  • Muchas personas afirman con razón que nuestra única esperanza es recurrir a Dios. Por ejemplo, Charles Lindbergh, que dijo que en su juventud pensaba que "la ciencia era más importante que el hombre o Dios", y que "sin una ciencia altamente desarrollada el hombre moderno carece del poder para sobrevivir", . . . fue a Alemania después de la guerra para ver lo que los bombardeos aliados habían hecho a los alemanes, que habían sido líderes en ciencia. Allí, dice, "aprendí que si su civilización ha de continuar, el hombre moderno debe dirigir el poder material de su ciencia por las verdades espirituales de su Dios."