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  • Las costumbres de los judíos son viles y abominables y deben su persistencia a su depravación. Los judíos son extremadamente leales entre sí, siempre dispuestos a mostrar compasión, pero hacia cualquier otro pueblo sólo sienten odio y enemistad. Como raza (los judíos no son una raza, porque se han mezclado con las demás razas hasta el punto de que sólo son un pueblo, no una raza), son propensos a la lujuria; entre ellos nada es ilícito.