En la primera sección de Doctrina y Convenios leemos que 'el Señor vendrá a recompensar a cada uno según su obra, y a medir a cada uno según la medida con que haya medido a su prójimo' (D. y C. 1:10.) Este principio, que muestra la manera en que Dios nos juzgará, pone una nueva luz sobre el mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y debería persuadirnos a tomar esa ley en serio.