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No sabemos nada de las pruebas, penas y tentaciones de los que nos rodean, de las almohadas mojadas por los sollozos, de la tragedia vital que puede ocultarse tras una sonrisa, de las preocupaciones, luchas y afanes secretos que acortan la vida y dejan su huella en un cabello prematuramente blanqueado, y un carácter cambiado y casi recreado en pocos días. No nos atrevamos a añadir a la carga de otro el dolor de nuestro juicio.