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En nuestras oraciones, hablamos con Dios; en nuestro estudio de la Biblia, Dios habla con nosotros, y más vale que dejemos que Dios hable la mayor parte del tiempo.
En nuestras oraciones, hablamos con Dios; en nuestro estudio de la Biblia, Dios habla con nosotros, y más vale que dejemos que Dios hable la mayor parte del tiempo.