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Moisés pasó cuarenta años pensando que era alguien; cuarenta años aprendiendo que no era nadie; y cuarenta años descubriendo lo que Dios puede hacer con un don nadie.
Moisés pasó cuarenta años pensando que era alguien; cuarenta años aprendiendo que no era nadie; y cuarenta años descubriendo lo que Dios puede hacer con un don nadie.