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No hay ningún miedo, pensamiento, sentimiento o necesidad que sea demasiado grande o demasiado pequeño para Jesús. Él quiere que le digas lo que hay en tu corazón.
No hay ningún miedo, pensamiento, sentimiento o necesidad que sea demasiado grande o demasiado pequeño para Jesús. Él quiere que le digas lo que hay en tu corazón.