-
Nuestros problemas medioambientales se originan en la arrogancia de imaginarnos el sistema nervioso central o el cerebro de la naturaleza. No somos el cerebro, somos un cáncer para la naturaleza.
Nuestros problemas medioambientales se originan en la arrogancia de imaginarnos el sistema nervioso central o el cerebro de la naturaleza. No somos el cerebro, somos un cáncer para la naturaleza.