Tenemos dos instrumentos principales: la mente y el corazón. A la mente le resulta difícil ser feliz, precisamente porque la mente disfruta conscientemente de la sensación de separatividad. Siempre está juzgando y dudando de la realidad de los demás. Esta es la mente humana, la mente física ordinaria, la mente atada a la tierra. Pero también tenemos el corazón aspirante, el corazón amoroso. Este corazón amoroso está libre de inseguridad, porque ya ha establecido su unidad con el resto del mundo.