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  • Cuidado con los hombres en los aviones. En el momento en que un hombre alcanza los treinta mil pies de altura, inmediatamente se ve consumido por desagradables fantasías sexuales que implican hacer cosas incómodas en esos minúsculos retretes. No hay que animar a estos hombres, sus fantasías son tristemente de baja estofa y poco imaginativas. Adopta una actitud distante y fría en cuanto un hombre intente seducirte. A menos, claro, que sea el piloto.