-
El infierno era despertarse solo, con las sábanas mojadas por tus lágrimas y tu semilla, sabiendo que la mujer con la que habías soñado nunca volvería a ti.
El infierno era despertarse solo, con las sábanas mojadas por tus lágrimas y tu semilla, sabiendo que la mujer con la que habías soñado nunca volvería a ti.